ME HIRIÓ EL PECADO

Me hirió el pecado; fui a Jesús,
Mostréle mi dolor.
Perdido errante, vi su luz;
Bendíjome en su amor.

 

En la cruz, en la cruz

Do primero vi la luz,
Y las manchas de mi alma yo lavé;
Fue allí, por fe, do vi a Jesús,
Y siempre feliz con Él seré.


Sobre una cruz mi buen Señor
Su sangre derramó
Por este pobre pecador,
A quien así salvó.

 

Venció la muerte con poder
Y el Cielo lo exaltó.
Confiar en Él es mi placer,
Morir no temo yo.

 

Aunque Él se fue, solo no estoy;
Mandó al Consolador,
Divino Espíritu, que hoy
Me da perfecto amor.

C-154

ISAAC WATTS, 1707

Información sobre el autor en: "La cruz sangrienta"

Traducido al castellano por Pedro Grado Valdés (1862-1923):

Mientras estudiaba derecho, observó la falta de pastores en México y se dedicó a ello, a la vez que ayudaba a la gente pobre con sus problemas legales. Como resultado de su ministerio, muchos llegaron a conocer a Cristo como Salvador personal, entre ellos, personas de alto nivel social. Ello suscitó una fuerte persecución contra él. Sufrió varios atentados, incluso con veneno. El Señor lo libró y este hombre fiel y valiente expresó su agradecimiento a Dios a través de varios himnos publicados su "Pequeña Colección".

Tradujo también: "De paz inundada mi alma"


Otros himnos del mismo:
"Al mundo paz"
"La cruz sangrienta"
"¿Soy yo soldado de Jesús?"
"Venid, nuestras voces aleges unamos"
"Yo mucho me alegré"