¡Oh, háblame, Señor, Y hablaré en eco de tu voz; Y con tu ayuda buscaré Al que anda lejos y sin Dios.
Oh, guiamé y guiaré En tus caminos, oh Señor, Al vacilante y débil pie Que va por sendas de error.
Enséñame, y enseñaré Palabras tuyas de verdad; Dame alimento y daré a los hambrientos tu maná.
Oh, lléname, Señor Jesús; Rebose tu amor en mí; Que fiel refleje yo tu luz, Y glorifique sólo a ti.
Oh, úsame, mi salvador, Según tu santa voluntad; Servirte es mi sumo honor Ahora y en la eternidad. |
Entre los muchos himnos que escribió, este es de belleza especial: refleja los anhelos y aspiraciones de un alma santificada, tan hermosamente ejemplificados en su vida.
Ver sobre el autor en:
"Del
trono celestial"
"Mi existencia y mi valer"
"Mi vida di por ti"
"Que mi vida entera esté consagrada"