DÍA EN DÍA CRISTO ESTÁ CONMIGO

Día en día Cristo está conmigo;

Me consuela en medio del dolor,

Pues confiando en su poder eterno,

No me afano, ni me da temor.

Sobrepuja todo entendimiento

La perfecta paz del Salvador.

En su amor tan grande e infinito

Siempre me dará lo que es mejor.

 

Día en día Cristo me acompaña

Y me brinda dulce comunión.

Todos mis cuidados él los lleva;

A Él entrego mi alma y corazón.

No hay medida del amor supremo

De mi bondadoso y fiel Pastor.

Él me suple lo que necesito,

Pues el pan de vida es mi Señor.

 

Oh Señor, ayúdame este día

A vivir de tal manera aquí

Que tu nombre está glorificado,

Pues anhelo honrarte sólo a ti.

Con la diestra de tu gran justicia

Me sustentas en la turbación.

Tus promesas son sostén y guía;

Siempre en ellas hay consolación.

Carolina SANDELL-BERG (1832-1903), 1865

La niña sueca, a los 12 años quedó paralítica, siendo desahuciada por los médicos, pero Dios la sanó milagrosamente. Agradecida escribió sus primeros himnos.

Cuando tenía 26 años, volvió la tragedia, con la muerte de su padre, un fiel pastor. Navegaban juntos en un lago de Suecia, cuando las olas sacudieron la barca y su padre cayó al agua. Atónita vio como se ahogaba. La Palabra de Dios fue su consuelo y siguió escribiendo más himnos hasta la cifra de unos 650.

También hizo una colección de poesías, devocionales e historias, entre las que se encuentra el cuento de un reloj cuyo péndulo se quejó de tener que oscilar 86.400 veces al día. Una de las manecillas le sugirió que pensara en hacer una sola oscilación en vez de miles. El péndulo se dio cuenta de la sabiduría del consejo y reinició su labor de marcapasos.


Otro himno escrito por ella: "Nuestro Dios y Padre"