¡Despiértate, saluda al grato día En que nació el santo Redentor! ¡Levántate con gozo y alegría Cantando dulcemente en su honor! Ángeles mil entonan con fervor El gran misterio del divino amor.
Un ángel del ejército celeste Vestido de gloriosa claridad, A unos pastores, proclama el mensaje Tan grato a toda la humanidad: "Hoy ha nacido Cristo el Señor", El Rey de gloria, nuestro Salvador.
Cantemos todos dando a Dios la gloria Por su amor y gracia al pecador, Y recordemos la hermosa historia Del nacimiento humilde del Señor; Al que en pobreza nos vino a salvar Se eleven alabanzas sin cesar. |
Pocos de los que se juntan para cantar este himno el día de Navidad, tienen idea de que la Iglesia Cristiana lo debe al lindo capricho de una joven.
Dolly Byrom y su padre vivían en Manchester, hace más de siglo y medio, siendo John Byrom un profesor de taquigrafía, y también un líder de los partidarios del abdicado Jaime II.
Un día, poco antes de Navidad, Byrom preguntó a su hija qué le gustaría de regalo de Navidad, y Dolly, sabiendo que su padre a veces escribía poesía, respondió: “Por favor escríbeme un poema”. Cuando bajó las escaleras la mañana de Navidad encontró un trozo de papel sobre su plato -preservado en una de las bibliotecas de Manchester- sobre el que estaba escrito un himno, encabezado: “Día de Navidad, para Dolly”.
Poco después, John Wainwright, el organista de la Iglesia Parroquial de Manchester, que ahora es su catedral, vio este himno, y compuso para él la melodía “Yorkshire”, que todos conocemos tan bien. En la siguiente mañana de Navidad Byrom y su hija fueron despertados por el sonido del canto bajo sus ventanas; era Wainwright con su coro, cantando el himno de Dolly.