DESPERTAD, DESPERTAD, ¡OH CRISTIANOS!

Despertad, despertad, ¡oh cristianos!

Vuestro sueño funesto dejad,

Que el cruel enemigo os acecha

Y cautivos os quiere llevar.

Despertad, las tinieblas pasaron,

De la noche no sois hijos ya,

Que lo sois de la luz y del día,

Y tenéis el deber de velar.

 

Despertad y bruñid vuestras armas,

Vuestros lomos ceñid de verdad,

Y calzad vuestros pies, aprestados

Con el grato evangelio de paz.

Basta ya de pereza mortal,

Revestid, revestid vuestro pecho

Con la cota de fe y caridad.

 

La gloriosa armadura de Cristo

Acudid con anhelo a tomar,

Confiando que el dardo enemigo

No la puede romper ni pasar.

¡Oh cristianos, antorcha del mundo!

De esperanza el yelmo tomad,

Embrazad de la fe el escudo

Y, sin miedo, corred a luchar.

 

No temáis, pues de Dios revestidos,

¿Qué enemigo venceos podrá,

Si tomáis por espada el Espíritu,

La Palabra de Dios Jehová?

En la cruz hallaréis la bandera,

En Jesús hallaréis Capitán,

En el cielo obtendréis la corona.

¡A luchar, a luchar, a luchar!

H-476

PEDRO CASTRO IRIARTE (1840-1887), 1876

De joven, trabajaba como cajista en una imprenta cuando recibió un pedido para imprimir los primeros folletos evangélicos en Madrid. Mientras armaba cada frase, letra a letra, el mensaje le llamó la atención.

Por el mismo tiempo, Antonio Carrasco y dos ingleses empezaron a tener reuniones evangelísticas en la imprenta todas las mañanas. Contestaban a las preguntas del joven con la Biblia. Así conoció el Evangelio y empezó a servir al Señor. Pasó del oficio de la imprenta a ser un escritor y poeta muy respetado, produciendo muchas poesías, prosa y cuentos para niños de la calidad de los clásicos. Además, escribió y tradujo himnos.

Fue un fiel pastor durante la época de persecución. Dios lo usó para organizar la primera iglesia evangélica en Valladolid y otras en Madrid.

Traductor de: "Santa Biblia para mí"