ARENAS QUE DESLIZAN

Arenas que deslizan

Los días son aquí;

Las sombras de la noche

Caminan a su fin.

El alba de aquel día

que tanto codicié

Veré romper gloriosa

En "tierra de Emmanuel".

 

¡Oh fuente venturosa

Del más profundo amor!

De ti bebió sediento

Mi pobre corazón.

Saciado en las alturas

También por ti seré,

Océano insondable

En "tierra de Emmanuel".

 

Yo soy de mi Amado

Y mío es Él; así

Honrado por su gracia

Me veo en su festín.

Sus méritos han sido

Cimiento de mi fe;

No hay otro, ni aun arriba

En "tierra de Emmanuel".

 

El hilo de mi vida

Él mismo tejió:

Misericordia y juicio,

Amor y compasión.

El corazón que traza,

La mano tierna y fiel,

He de alabar radiante

En "tierra de Emmanuel".

 

No mira sus brocados

La esposa: Su Señor

contempla. Gloria y honra

Tampoco busco yo.

La mano taladrada

Prefiero a la merced,

Como Él no hay otra gloria

En "tierra de Emmanuel".

H-675   Sonido: (((·)))

ANNE R. COUSIN

Alrededor de 1870 fue publicado un volumen de apariencia modesta de versos devocionales bajo el título: “Tierra de Emanuel y Otras Piezas”, por A.R.C. La autora que así se anunciaba era Ana R. Cousin. Vivió hasta la edad madura de 82 años, pero mucho antes de su llamada al Hogar tuvo la satisfacción de saber que dos de las obras de su pequeño libro tuvieron un lugar en muchos himnarios, y al menos uno de ellos fue un favorito popular.

La Sra. Cousin era hija del Dr. David Ross Cundell, de Leith, y nació en 1824. Su padre sirvió en la armada Británica por varios niños, como cirujano, y estaba presente en la Batalla de Waterloo, con el 33º Regimiento. Tras la paz de 1816, el Dr. Cundell se estableció en su ciudad natal, Leith, donde murió cuando su única hija tenía tan solo 3 años de edad. La Sra. Cundell, tras la muerte de su marido, se trasladó a Edimburgo, donde residió hasta el casamiento de su hija en 1847, con el Reverendo Guillermo Cousin, entonces ministro en la Iglesia Presbiteriana de Chelsea, Londres, habiendo sido antes ministro en Duns, Berwickshire.

Poco después de su casamiento, la Sra. Cousin se trasladó con su marido a la Iglesia Libre de Irvine, y fue allí, alrededor del año 1856, donde ella compuso éste, su mejor himno, conocido y utilizado en todo el mundo de habla inglesa.

El himno es una selección de un poema de 19 versos, inspirados por un largo estudio de “Vida y Cartas de Samuel Rutherford”, y basado en las últimas palabras de los mártires Escoceses: “Gloria habita en la tierra de Emmanuel”. Una canción del cielo, merecidamente ocupa un lugar elevado, porque ningún otro himno sobre el tema, tan querido para el Cristiano, expresa con tal énfasis el gozo secreto de la atracción del cielo: la gloria del Cordero que fue herido.

El interés patético de este himno surge de la historia que relata, y que es uno de los eventos memorables de la historia de Escocia. La persecución cruel sufrida por el santo Rutherford ha sido registrada imborrablemente en los anales de los del Pacto Escocés. Aunque condenado a muerte, su amenaza fatal fracasó por su muerte en la cárcel. Nació alrededor del 1600, en el pueblo de Nisbet, en Roxburghshire. El nombre de Samuel Rutherford siempre estará asociado con “Fair Anwoth on the Solway”, donde por muchos años fielmente y sin temor ministró la Palabra de Dios. “El 27 de julio de 1636, fue citado ante la Alta Comisión del Tribunal para responder por su inconformidad a los actos del Episcopado y su obra contra los Arminianos.” Esto le costó el destierro a Aberdeen. Dos años más tarde, habiendo tenido éxito los del Pacto, regresó a Anwoth, y el año siguiente fue nombrado profesor en San Andrés. La Restauración trajo más persecución a Rutherford. De nuevo fue privado de sus oficios y le acusaron de alta traición. Pero mientras la citación estaba pendiente surgió una cita más imperativa, y en su respuesta a la demanda de su presencia, envió este mensaje: “Estoy citado ante un Juez superior y magistratura; tengo que responder primero a esa citación; y, en unos días, estaré donde pocos reyes y grandes personajes van.” Y desde el oscuro y deprimente calabozo de la prisión de San Andrés, Samuel Rutherford pasó a la gloria de la Tierra de Emmanuel, el 20 de marzo de 1661.

El Dr. Juan G. Paton, de las Nuevas Hébridas, en una carta a la autora, relata la profunda impresión que causó en su mente cuando fue cantado por una gran congregación en Santa Kilda, Australia, al pasar el Año Viejo y entrar el Año Nuevo.

En 1860, la Sra. Cousin y su marido se trasladaron a la Iglesia Libre, Melrose, en cuyo pueblo residieron por 18 años, viviendo luego en Edimburgo, donde la dotada autora murió el 6 de diciembre de 1906.