Cristianos

El nombre de "Cristianos" tiene su origen en el siglo primero, en Antioquía
(Hechos de los apóstoles 11:26), capital Siria.

Se aplicó "a los discípulos" de Cristo; es decir, a sus seguidores.
Jesús definió como discípulos a los "que habían creído en él", y "si vosotros
permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos" (San Juan 8:31);
es decir, que la obediencia a su Palabra es la prueba de
una fe auténtica.
Con el paso del tiempo las cosas degeneraron, de tal manera que hoy tenemos
infinidad de personas que se llaman Cristianas, pero que en
realidad no se
ajustan a los términos definidos por Jesucristo. Para saber de
qué clase de
Cristianos hablamos, se ha acuñado el término "Evangélicos":

Evangélicos

Parece que los primeros en recibir este calificativo fueron los que luego se
llamarían Valdenses (seguidores de Waldo), alrededor del año 1150.
Estos en realidad no salieron de la iglesia Romana, sino que se mantuvieron
desde un principio siguiendo la doctrina de los apóstoles y, por lo tanto, al
margen de la unión Iglesia-Estado, lo que les llevó a huir de Francia,
extendiéndose por muchos países. El nombre no se lo pusieron ellos, sino
que se llamaban a sí mismos: "Cristianos" o "hermanos".

También fue el nombre dado por gobiernos Europeos a las diferentes iglesias
independientes que surgen por desacuerdo con las doctrinas y prácticas

anti-Bíblicas introducidas en la iglesia Romana.
Se distinguen de otros reformados por no estar bajo una organización con
cabeza visible, aparte de otros asuntos como el sacerdocio de todos los

creyentes con participación en el ministerio según sus dones.
Así el término se aplicó a diversos grupos reformados de tipo independiente,
antes y después de la Reforma de Lutero.