Decálogo del deportista

  1. Amaré el deporte siempre, porque me sirve para desarrollar la belleza y perfección que Dios ha puesto en mí.

  2. No proferiré palabras destempladas ni soeces.

  3. Aprenderé por el deporte la fortaleza, la constancia, la disciplina y la lealtad.

  4. Honraré y profesaré una verdadera estima a mi cuerpo, pues es templo de Dios.

  5. No convertiré el deporte en espada para herir y molestar al equipo contrario.

  6. El deporte no ha de servirme para ser superficial y atraer la admiración del público, sino para comprender mejor mis limitaciones.

  7. No intentaré sobresalir individualmente en las pruebas, esto llevaría al fracaso a mi equipo.

  8. Cuando no pueda ganar, nunca perderé la paz y la serenidad ante el equipo vencedor. Saber perder también "es cosa de mayores".

  9. Nunca envidiaré que los demás sean mejores deportistas que yo. Lo agradeceré a Dios como un don de mi hermano.

  10. "Jugaré limpio".


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