SUENEN DULCES HIMNOS

¡Suenen dulces himnos, gratos al Señor,

Y óigase en concierto universal!

Desde el alto cielo baja el Salvador

Para beneficio del mortal.

 

¡Gloria, gloria sea a nuestro Dios!

¡Gloria!, sí, cantemos a una voz,

Y el cantar de gloria que se oyó en Belén,

Sea nuestro cántico también.

 

Montes y collados fluyan leche y miel

Y abundancia esparzan y solaz.

Gózense los pueblos, gócese Israel,

Que a la tierra viene ya la paz.

 

Salte de alegría lleno el corazón,

La abatida y pobre humanidad;

Dios se compadece viendo su aflicción,

Y le muestra buena voluntad.

 

Lata en nuestros pechos noble gratitud

Hacia el que nos brinda redención;

Y a Jesús el Cristo, que nos da salud,

Tributemos nuestra adoración.

H-304    Sonido: ((()))

 
Juan Bautista Cabrera (1837-1916): LETRA.

 

Desde su infancia siempre tuvo una inquietud espiritual, y a los 16 años ingresó en una orden religiosa. Estudiaba la Biblia en secreto, pues estaba prohibido en aquella época en España. Escapó a Gibraltar, donde encontró a Cristo como su Salvador personal, amigo y eterno bien, como dice uno de los himnos que tradujo.

 

Regresó a España con gozo y paz, y con deseos de compartir su fe, por medio de revistas, predicaciones y música. Mientras organizaba iglesias, publicaba himnarios y daba clases de canto. Se radicó en Madrid, donde fue un importante líder evangélico. Su mayor contribución la hizo con los himnos que compuso o tradujo, y que tanta bendición han significado para muchos.


Otros traducidos por el mismo autor de la letra:
"Castillo fuerte es nuestro Dios"
"Cuán dulce el nombre de Jesús"
"Santo, santo, santo"
"Venid, fieles todos" (Adeste fideles)