Oh, Dios eterno, tu
misericordia Ni una sombra de duda tendrá; Tu compasión y bondad nunca fallan, Y por los siglos el mismo serás. Oh tu fidelidad, oh tu fidelidad, Cada momento la veo en mí; Nada me falta, pues todo provees; Grande, Señor, es tu fidelidad. La noche oscura, el sol y la luna, Las estaciones del año también, Unen su canto cual fieles criaturas, Porque eres bueno; por siempre eres fiel. Tú me perdonas me impartes el gozo; Tierno me guías por sendas de paz. Eres mi fuerza, mi fe, mi reposo, Y por los siglos mi Padre serás. |
Basado
en Lamentaciones 3:22,23.